¿A QUE LLAMAMOS PELIGRO DE EXTINCIÓN?
Una especie se considera en peligro de extinción, sea vegetal o animal, cuando todos los miembros vivos de dicho taxón están en peligro de desaparecer. Esto se puede deber tanto a la depredación directa sobre la especie como a la desaparición de un recurso del cual depende su vida, tanto por la acción del hombre, debido a cambios en el hábitat, producto de hechos fortuitos (como desastres naturales) o por cambios graduales del clima.
Una especie se considera en peligro de extinción, sea vegetal o animal, cuando todos los miembros vivos de dicho taxón están en peligro de desaparecer. Esto se puede deber tanto a la depredación directa sobre la especie como a la desaparición de un recurso del cual depende su vida, tanto por la acción del hombre, debido a cambios en el hábitat, producto de hechos fortuitos (como desastres naturales) o por cambios graduales del clima.
La
rana transparente en peligro de extinción.
En la región
selvática del Darien, entre Panamá y Colombia, descubrieron
tres especies de ranas transparentes, también conocidas como “Ranas
de cristal”, porque es posible ver sus órganos a través de sus
pieles. Es un hallazgo asombroso y muy húmedo, si hablamos de
anfibios.
A este tipo de
ranas se les conoce científicamente como centrolénidos y
proviene de la familia de los anfibios
anuros.
Dentro de sus características principales está una coloración
dorsal verde claro y una piel ventral transparente.
Esta especie está
en peligro de extinción, y por ello es muy preciada.
OTROS EJEMPLOS EN PELIGRO DE EXTINCIÓN.
La
rana dorada panameña.
Las poblaciones de
anfibios, incluida la rana dorada de Panamá, sufrieron importantes
bajas debido a la infección causada por el hongo
Batrachochytrium dendrobatidis. Otros factores influyentes han sido
la pérdida de hábitat y la contaminación.
Al igual que otras
ranas y sapos, la rana dorada de Panamá es capaz de secretar veneno
para protegerse de sus depredadores. En el caso de la rana dorada,
esta es una neurotoxína soluble en agua llamada zetekitoxina.
Las ranas doradas
de Panamá se comunican con otras ranas mediante un lenguaje
corporal, utilizando sonidos producidos pos su garganta y
moviendo sus patas delanteras.
El
conocido como “Proyecto de la Rana Dorada" (en inglés Golden
Frog Project) es un proyecto de conservación de la especie en donde
participan conjuntamente instituciones científicas, educativas y
zoológicos de la República de Panamá y los Estados Unidos.
Este
proyecto (un tanto tardío) es un esfuerzo por conservar la especie e
intenta generar una mayor conciencia de los descensos actuales en las
poblaciones de anfibios a nivel mundial, y un mayor respeto entre los
panameños y ciudadanos del mundo sobre la vida silvestre.
La
rana arlequín.
Las ranas
arlequines conforman un grupo de anfibios que se ha vuelto
tristemente célebre, pues es uno de los más amenazados de extinción
en el mundo. Poblaciones enteras han desaparecido en menos de una
década y es probable que decenas de especies ya se encuentren
completamente extintas. Durante muchos años no se supo con certeza
qué era lo que les estaba ocurriendo y se barajaron hipótesis como
que las ranas estaban siendo afectadas por el cambio climático, la
desaparición de la capa de ozono y la infección por un hongo. Hoy
se sabe que todos estos factores pueden estar jugando un papel.
Factores globales (como el cambio climático, la contaminación y la
destrucción de hábitats) parecen estar debilitando el sistema
inmunológico de las ranas y éstas están siendo acabadas, en
cuestión de años, por una infección de un hongo del filo
Chytridiomycota (Batrachochytrium
dendrobatidis).
La enfermedad producida por el hongo aumenta el grosor de la piel en
ciertas partes del cuerpo de la rana, asfixiando al animal (las ranas
respiran por la piel), el cual muere por esta razón o por las
toxinas liberadas por el hongo.
Con todo, sólo 3 especies de ranas arlequines, de las más de 115 que se conocen hasta el momento, han sido declaradas oficialmente extintas. Sigue existiendo la esperanza de encontrar algunas pequeñas poblaciones supervivientes de muchas otras especies que no se han vuelto a hallar en décadas, explorando algunas remotas regiones montañosas.
Con todo, sólo 3 especies de ranas arlequines, de las más de 115 que se conocen hasta el momento, han sido declaradas oficialmente extintas. Sigue existiendo la esperanza de encontrar algunas pequeñas poblaciones supervivientes de muchas otras especies que no se han vuelto a hallar en décadas, explorando algunas remotas regiones montañosas.
Las ranas arlequines habitan principalmente en bosques de montaña, especialmente cerca de quebradas, cascadas y otros sitios húmedos. Son activas durante el día, en especial en horas soleadas luego de las lluvias. Su dieta se compone de pequeños insectos y otros invertebrados. Es posible que, al igual que en las ranas venenosas de la familia Dendrobatidae, la vistosa coloración de muchas ranas arlequines sea una advertencia para los depredadores, ya que estas ranas poseen glándulas en su piel que secretan sustancias tóxicas que actúan sobre el sistema nervioso y cardiovascular.
Los
renacuajos de estas ranas se cuentan entre los más interesantes de
las montañas neotropicales, pues están perfectamente adaptados para
la vida en corrientes de agua frías y rápidas. En la boca poseen
una ventosa que les ayuda a adherirse a las rocas y no ser
arrastrados por la corriente; estos renacuajos no se encuentran en
aguas calmadas, como lagunas y pantanos. Son pequeños (alrededor de
1 cm de longitud) y su dieta se compone de algas microscópicas.
La
ranita Darwin.
La "Ranita
de Darwin", un minúsculo batracio endémico de Chile y otrora
abundante en los bosques nativos del país, está en peligro de
extinción en una de sus variedades, que no ha sido avistada desde
1980, mientras que otras han reducido drásticamente sus poblaciones.
Así lo reveló
una investigación dada a conocer esta semana por la Universidad
Andrés Bello acerca de esta pequeña rana, cuyo tamaño adulto no
supera los tres centímetros y que tradicionalmente ha sido
considerada por los científicos un verdadero sensor de los
ecosistemas donde habita.
Su drástica
disminución y eventual desaparición supone una llamada de alerta
sobre el futuro de la biodiversidad y de diversas especies
originarias, según el doctor Claudio Soto, académico de la
Universidad Andrés Bello, que encabezó la investigación, en la que
también participaron expertos británicos.
El estudio se
refiere a la ranita de Darwin del norte (Rhinoderma rufum) y a la
ranita de Darwin del sur (Rhinoderma darwinii), esta última también
con presencia en Argentina y una de cuyas características únicas es
que el macho conserva los huevos fecundados en su boca en parte del
período de desarrollo de las crías.
La investigación
apuntó a establecer la actual distribución de ambas variedades de
este pequeño anfibio, determinando la presencia de 35
poblaciones de la ranita de Darwin del sur en Chile y una en
Argentina.
Se trata, según
el doctor Soto, de poblaciones "severamente fragmentadas",
excepto en el sur de la Isla de Chiloé, y sus concentraciones son
inferiores a cien individuos, situación que los hace "muy
vulnerables a la extinción", según el investigador.